domingo, 26 de octubre de 2008

Rodaje

Escena 1
Exterior Calafell, Día.

Es una atípica mañana de Octubre, muy soleada y calurosa. VICKY, una mujer de treinta y tantos, de pelo rojizo y ojos expresivos espera algo nerviosa, sentada en un banco frente a la estación del tren, con un vestido corto verde hierba, medias negras y botines. Lleva una mochila grande. Un chico musculoso, rubio y alto, ataviado con jersey verde oscuro y pantalones anchos del mismo color se acerca a ella. Es GIOVANNI.

GIOVANNI: ¿Eres la chica? (Su acento delata que es extranjero)
VICKY (con una sonrisa): Supongo que sí.
GIOVANNI: Anne y Markus nos esperan al otro lado de la calle...

Ella se levanta y le acompaña. Cruzan por un paso subterráneo juntos.

VICKY: Parece que nos hayamos puesto de acuerdo para vestir del mismo color...

GIOVANNI asiente con una amplia sonrisa que muestra sus dientes ligeramente separados, lo que le da un aspecto muy simpático. Tiene unos bíceps enormes y un pecho impresionante. Parece bastante joven y un poco tímido, algo curioso para un actor porno.

Ya en el otro lado, ven venir a ANNE y MARKUS, los realizadores del proyecto. Ella es una pelirroja natural, pecosa y pequeñita, muy alegre y pizpireta y él un tipo fornido, de cabello castaño que lleva peinado hacia atrás. Trae una maleta grande. Los dos llevan gafas de sol. La juerga de la noche anterior se nota en su aspecto algo cansado.

ANNE: ¡Qué puntuales!¡Que bien! Cuanto antes empecemos, antes estaremos libres...

Los cuatro se dirigen al apartamento de la playa paseando y conversando. Hacen un par de paradas: ANNE entra en un bazar para conseguir un delantal de plástico, que tiene dibujos de conejitos y luego en un súper para comprar unos bombones y algunos vegetales. Saludan a diferentes vecinos del pueblo, todos saben quienes son y a lo que se dedican y no parece importarles. Por el camino, ANNE le va explicando a VICKY en que consistirá la escena que van a grabar, dándole indicaciones.

Escena 2
Interior Apartamento, Día

Nos encontramos en la cocina del apartamento de la playa. La decoración es sencilla, casi todo es blanco y azul. VICKY se ha cambiado, lleva un conjunto de lencería rojo y negro, medias y zapatos de tacón muy altos y el delantal de conejitos. Ha resaltado su maquillaje. Mientras la cámara la enfoca, habla con ella y lava un pepino y un par de pimientos verdes, explicando que ha invitado a comer a su chico y que la higiene de los alimentos es muy importante. Sus manos se vuelven libidinosas sobre la forma del pepino, recorriéndolo arriba y abajo con suavidad bajo el chorro de agua fría.

VICKY (a la cámara, con una sonrisa pícara): Me está entrando hambre...

MARKUS la graba saliendo del encuadre y luego, retoma la secuencia con ella sentada en un sillón de mimbre blanco.

Deja los pimientos y el pepino sobre una mesita de cristal y se quita el delantal, enseñando bien la lencería sexy. Mientras VICKY se acaricia con los pimientos, muy sensualmente, tiene un atisbo del fondo de la habitación. ANNE espera entre toma y toma para hacerle fotos y GIOVANNI la observa con curiosidad. Se concentra en él, en seducirle con su actuación, en excitarle. Estimula sus pezones con la punta de los pimientos mojados. Luego cambia de vegetal, se acaricia con el pepino, lo frota entre sus pechos, lo lame, intenta introducírselo, apartando levemente sus braguitas de encaje, pero aún no está preparada, por lo que sigue jugando a masturbarse con él, frotándose el clítoris con su forma rugosa.

VICKY (mirando su reloj): Oh! ¡Vaya! ¡Que tarde se me ha hecho! Voy a cambiarme antes de que llegue mi chico...

Escena 3
Interior Apartamento, Día

VICKY está sentada en un sofá azul oscuro. Lleva un corsé negro que resalta su piel tan blanca, marcando su cintura estrecha y sus grandes pechos. También una gargantilla de cuentas negras. Se está masturbando con un consolador de color violeta. Se oye un portazo a lo lejos.

VICKY (mirando hacia fuera del encuadre): ¡Hola cielo! (dándose cuenta de lo que tiene en la mano, esconde su consolador bajo los cojines del sofá) ¡Estoy aquí!

GIOVANNI entra en escena. Lleva una camiseta de tirantes verde que muestra su fuerte anatomía y los mismos pantalones anchos. Se dan un beso. Comienza a acariciarla provocativamente, ella responde palpando el impresionante bulto de su verga bien dura, él comienza a empujarla para que se tumbe en el sofá y, en un descuido voluntario, ella deja a la vista el consolador.

GIOVANNI: ¿Qué es esto, cariño? ¿Qué has estado haciendo?
VICKY: He estado jugando un rato sola... ¡Tenía muchas ganas de que llegaras! Me apetecía mucho algo... verde (con un guiño a la cámara, acariciando su camiseta)

GIOVANNI la masturba con el consolador. VICKY se deja llevar, se olvida de que la están grabando, se concentra sólo en disfrutar de la pericia de su experimentado compañero. Se siente excitada, no puede evitar ponerse a gemir. Quiere complacerle, disfrutar ya de su tranca, así que se la saca y empieza a chuparsela con maestría. Se mueven despacio para que la cámara capte bien sus cambios. Él se sienta en el sofá, ya sin pantalones, y MARKUS les da indicaciones de cómo han de hacer para quitarle la camiseta al chico y que quede bien en la película, así que siguen sus instrucciones y ella acaricia sus marcados abdominales, ardiendo en deseos de que la posea ya.

Escena 4
Interior Apartamento, Día

VICKY está de rodillas sobre el sofá. Se desabrocha lentamente el corsé y se lo quita. Se estira y GIOVANNI recorre su piel con un bombón, lamiendo los rastros de chocolate fundido que van quedando marcados, haciéndoselo comer de sus dedos cuando ya está casi completamente derretido. Le quita las bragas. ANNE le sugiere que aprovechen que los pechos de VICKY son grandes para grabar una buena “cubana” y lo hacen así durante unos largos minutos, GIOVANNI empuja su pollón entre sus tetas hasta metersela de nuevo en la boca, ella juega a hacerle cosquillas en la punta con su lengua.

ANNE: ¡Perfecto! Ahora rodaremos la penetración. ¿Dónde están los condones?
VICKY (recordando algo con sorpresa): ¿Sabes? ¡Llevo un condón con sabor a chocolate en mi bolso!
ANNE: ¿En serio? ¡Tráelo, tráelo!¡Puede quedar muy divertido! Tú puedes hacer como que lo has comprado para la ocasión...

VICKY va a buscarlo y GIOVANNI se lo pone. Ahora tiene la gran polla de color marrón y ANNE, MARKUS y VICKY hacen bromas al respecto, que él ríe. VICKY se la chupa un poco más, pero realmente no hace falta, sigue como una piedra. Se pone a cuatro patas en el sofá y él la penetra por primera vez. Ella chilla. Es más grande de lo que esperaba, le duele un poco, pero pronto se acostumbra y comienza a disfrutarlo. Es bueno, muy bueno. GIOVANNI le pega cachetadas en las nalgas, tal como habían acordado. VICKY recuerda que, un rato antes, se encontraron en el pasillo del apartamento, al salir del cuarto de baño compartido.

VICKY: Oye, a mí me encanta el sexo "durillo", así que si te apetece darme palmadas en el culo, o tirarme del pelo, o decirme algo, adelante, no te cortes.
GIOVANNI (asintiendo, sonriente): Sexo duro, sexo duro... Ok, lo recordaré.

ANNE les indica que cambiarán de posición, ahora harán “el cowboy”: él sentado en el sofá, ella sentada sobre él, cara a cara y les recuerda que el movimiento de entrada y salida del pene ha de hacerse lentamente, con todo el recorrido, para que quede bien grabado. VICKY se sienta sobre él, muy abierta y se mueve con naturalidad. Toma la cara de GIOVANNI entre sus manos, le besa y se deja hipnotizar por los preciosos ojos verdes y dorados de su compañero, sintiéndose como si sólo estuvieran ellos dos allí sentados, nadie más mirando, echando un polvo en su apartamento de la playa.

Cinco minutos después, ANNE les avisa de otra postura, “la cowgirl”, él sigue sentado, ella sobre él pero mirando hacia afuera, ligeramente caída hacia un costado, aguantando su peso sobre una mano, para que así también la cámara pueda captar la cara de GIOVANNI, que sujeto a sus caderas, no deja de empujar una y otra vez.

GIOVANNI: ¡Me encantan tus curvas!... ¿Te gusta, cariño?
VICKY: ¡Siiiii!¡Sigue, sigue, no pares...!

MARKUS se planta delante de ella, grabando. VICKY puede contemplar en la pantalla de la videocámara el primer plano de la enorme polla marrón entrando en su coño empapado y eso la pone mucho más cachonda. Entre la postura y el terrible calor que hay en la habitación (han tenido que cerrar la balconera porque se oía el ruido de los niños jugando en la playa), en otros cinco minutos, VICKY y GIOVANNI han de tomarse un respiro para recuperar fuerzas y limpiarse el sudor que resbala por sus cuerpos.

Retoman la grabación con una nueva postura. Lo que empieza como un “misionero” clásico, termina con las piernas de VICKY sobre los fuertes hombros de GIOVANNI, en una penetración muy profunda. Esa es, sin duda, su posición favorita y VICKY se deja llevar, con los ojos cerrados, la cabeza colgando por el borde del sofá, su melena rojiza desparramada hasta el suelo. Siente llegar un orgasmo y se pregunta si debería controlarlo, pero es demasiado bueno para conseguirlo y, al correrse, puede ver la cámara de MARKUS grabando un primer plano de su cara, es muy posible que sin saber lo que está pasando realmente entre sus piernas.

ANNE y MARKUS calculan cuanto más necesitan para cubrir los treinta minutos que más o menos debería durar la escena en la película. Ya tienen grabado casi cuarenta y cinco minutos. Deciden que rodarán una posición más y luego la corrida del chico.

MARKUS: Ahora una de lado... ¡que no es pecado! jajaja

VICKY se siente muy bien, aunque esta posición le resulta incómoda: GIOVANNI ocupa todo el espacio tras ella en el sofá y la empuja con sus movimientos hacia afuera, por lo que ha de mantener el equilibrio con una mano en el suelo y la pierna levantada.

ANNE: Eres muy elástica y expresiva, esto va a quedar muy bien. Bueno, ahora ¡la corrida!

GIOVANNI se quita el preservativo con un chasquido. ANNE pregunta con curiosidad si realmente sabía a chocolate y la respuesta de VICKY le parece tan divertida que la incluyen en el diálogo.

GIOVANNI: Dime, cariño, ¿el condón sabía a chocolate?
VICKY: Sí, a chocolate sin leche (y, mirando a cámara con una sonrisa pícara), la leche la pones tú...

GIOVANNI se masturba con precisión y enseguida llena la boca de VICKY con su abundante semen, que gotea sobre sus pechos y ella comprueba, sorprendida, que es el mejor que ha probado nunca, tiene un sabor exquisito que no la disgusta en absoluto.

Escena 5
Interior Apartamento, Día

VICKY y GIOVANNI se han vuelto a poner la ropa de calle y, tras firmar papeles para ANNE y MARKUS y cobrar sus estipendios, se despiden de ellos hasta una próxima ocasión y salen juntos a la calle para ir a tomar el tren de vuelta a la capital.

Escena 6
Exterior Calafell, Día

VICKY y GIOVANNI caminan en dirección a la estación. VICKY se da cuenta de que él se le acerca mucho y acaba rozando, casi sin querer, el bulto que vuelve a asomar en sus pantalones. De nuevo la tiene durísima.

GIOVANNI: Es que me has puesto muy cachondo
VICKY: ¿Sí?
GIOVANNI: Sí...

Pasean hablando de sus experiencias personales en la vida y, sobre todo, en el sexo, se dan los teléfonos, las direcciones de mail. Mientras esperan a que sea la hora, se meten mano abiertamente, sentados en el banco del andén y deciden que, en cuanto llegue el tren, se encerrarán en los lavabos a echar un polvo sin restricciones.

Escena 7
Interior Lavabo del tren, Día

Dentro del pequeño cubículo, dejan sus mochilas y parte de su ropa donde les es posible y VICKY se la come con deleite mientras permanece en cuclillas. Ahora puede realmente mostrarse como es, seduciéndole con su mirada y con sus palabras, sintiendo que su entrepierna está muy mojada. GIOVANNI disfruta de la mamada, pero lo que quiere realmente es clavársela sin demora, así que la hace levantarse y, tras colocarse otro preservativo, la pone de cara a la pared y se la mete con fuerza. El pasar de las sombras en el exterior, a través de la ventana mate, y el movimiento, les indica que ya están en marcha. Es excitante. VICKY nunca había hecho algo parecido, pero le gusta. Puede ver su cara en el espejo, transformada por el placer, y la de él, que ahora no tiene que controlarse para hacerlo durar y se nota que está disfrutando.

VICKY: ¡Así, cabrón! ¡Dame fuerte! ¡Castígame! Ahhh!! ¡Qué rica! ¡Me encanta!

VICKY se sienta sobre el minúsculo lavamanos metálico, con las piernas muy separadas, un pie apoyado en la pared contraria, GIOVANNI se abraza a su cintura, follándola sin compasión. La maneta de la puerta se mueve, alguien está intentando entrar. VICKY no reprime sus gemidos, es bastante probable que fuera se esté oyendo todo. La excitación del momento, el calentón, hace que se corra muy rápido y, al cabo de un momento, GIOVANNI también lo hace.

Se vuelven a vestir con prisa y, al salir, disimulando, se encuentran con una familia hindú al completo. Un NIÑO y una NIÑA pequeños los observan sin entender lo que pasa, pero el PADRE los fulmina con la mirada. VICKY y GIOVANNI se van hasta el fondo del vagón, riendo.

Escena 8
Interior Vagón, Día

Siguen haciendo manitas en sus asientos, haciendo planes para volver a encontrarse, hasta la parada en la que debe bajar GIOVANNI, que se pone en pie, arreglándose el pantalón, que vuelve a tener un bulto evidente.

GIOVANNI: ¿Se me nota mucho? ¡Me has vuelto a poner como una moto! ¡Eres una pasada de mujer! jajaja Nos volveremos a ver pronto...

Se dicen adiós por la ventanilla y, una vez sola, VICKY se maravilla de la experiencia que acaba de vivir. No termina de creerse todo lo que le ha sucedido esa mañana. Ha sido más divertido de lo que esperaba el participar en el rodaje de una pelicula porno.

Dedicado a Dalila Ray, por llenarme la cabeza de pájaros, a Jeremie por su paciencia y simpatía y, sobre todo, a A&M, por su naturalidad y buen hacer. Besitos, fieras!!

domingo, 19 de octubre de 2008

Trio

Cuando Jorge me propuso hacer un trío con su nórdica amiga Heidy sin duda no era esto lo que había imaginado que haríamos. Al principio le pareció divertido estar esposado a unas argollas sujetas a la pared, en la mazmorra del club donde nos habíamos citado los tres. Pero ahora que, indefenso y desnudo, no puede hacer otra cosa que mirar como, a casi un metro de distancia, yo acaricio la bronceada piel de la rubia extranjera, sin poder participar en nuestros juegos, se muestra ansioso por abalanzarse sobre nosotras. Y eso no se lo voy a permitir, no todavía, aún tendrá que sufrir un poquito más para tenernos.

Heidy espera, completamente desnuda, con las piernas separadas y las manos a los costados, sus ojos claros siguiéndome, la boca entreabierta y las mejillas sonrosadas, presa de la excitación, sabiéndose el centro de nuestros deseos, mientras yo doy vueltas a su alrededor, alternando suaves caricias por todo su cuerpo con sonoros cachetes en sus nalgas que la sorprenden. Me he vestido para la ocasión con un ceñidor negro con liguero, medias negras y unos impresionantes zapatos de tacón de aguja. Un collar gótico con multitud de cuentas de azabache decora mi cuello y lo hace parecer aún más níveo. Las areolas de mis pezones pintadas de carmín le terminan de dar un toque perverso a mi atuendo. El contraste entre nosotras es bello y evidente: una rubia de piel tostada por el sol de la Costa Dorada y unos ojos muy azules y una pelirroja de piel muy blanca y pecosa y de intensos ojos oscuros. Ella muy natural, sin maquillaje, sin ropa; yo medio vestida, con sombras y largas pestañas remarcando mi mirada, los labios pintados a conjunto con las uñas de un rojo oscuro. Dos mujeres de armas tomar... ¿Podrás con las dos, pequeño Jorge?

Me sitúo a su espalda y, delicadamente y con mucha calma, recorro todo su cuerpo a dos manos, como si fuera el mío propio, sus hombros, su pecho, la zona de su estómago, bajando por su cintura, sus caderas, arañando sus muslos firmes, para volver a subir por su abdomen y terminar agarrando sus grandes tetas y estrujarlas entre mis dedos, subiéndolas, apretándolas. Su cabeza cae hacia atrás, apoyándose en mi hombro, los ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones, mientras yo clavo mi mirada provocadora en Jorge, en su pecho fuerte de respiración agitada, en su entrepierna, para constatar que lo que esta viendo le gusta. Sus ojos me hablan con claridad, desafiantes, llenos de deseo, no hacen falta palabras. Voy repasando el cuello de Heidy con mi lengua, excitándome con sus leves gemidos, pellizcando uno de sus pezones a la vez que mi otra mano acaricia su vientre, bajando de nuevo, perdiéndose entre sus piernas, mis dedos mojándose por fin en su coño caliente.

Con mi dedo corazón empiezo a trazar pequeños círculos sobre su clítoris, mientras sujeto su cuello con la izquierda, apretando levemente, sus gemidos creciendo en intensidad a medida que aumenta su placer. Sonrío mientras observo a Jorge: su polla se va endureciendo sin necesidad de contacto alguno, viendo lo cachonda que está Heidy, con sus piernas bien abiertas, viendo cómo mis dedos la hacen gozar.

Mis susurros en su oído la hacen estremecer. Le explico cómo está Jorge de excitado mirándola, las cosas que le voy a hacer a ella, a él, las cosas que le voy a obligar a ella a hacernos a los dos, las que le obligaré a él a hacernos a nosotras... La alabo, la insulto, sin dejar de masturbarla, cada vez más rápido, más fuerte. Meto dos dedos en su boca. Los chupa, cubriéndolos de saliva. Me situó perpendicularmente a ella, en su costado y se los introduzco en su coño bien lubricado. Muy pegada a su cuerpo me la follo a dos manos, una por delante sigue pajeándola, la otra por detrás, penetrándola, mis dedos entrando y saliendo con facilidad, mojados de sus fluidos, empujando muy adentro, haciéndolos vibrar dentro de ella. Su mano queda a la altura de mi entrepierna y me froto contra ella, que responde de inmediato. Siento como se corre, me deja los dedos empapados. Sigo un poco más, hasta que, temblorosa y con los ojos muy abiertos, se agarra a mi mano, suplicante.

Le ordeno que espere de rodillas mientras yo me dirijo hacia Jorge. Le hago chupar mis dedos con sabor al coño de Heidy mientras lo acaricio, rozando mi cuerpo contra el suyo, tomando su verga en mi mano y comprobando su dureza. Le doy la espalda, presionándo su polla con la raja de mi culo, masajeándosela con el movimiento de mi trasero mientras nos besamos apasionadamente, agarrada a su largo cabello de chico salvaje.

Me inclino hacia adelante, observándole con picardía por encima de mi hombro, entregándole una visión de mi espalda arqueada, mientras me introduzco su polla muy despacio. Me incorporo, moviéndome poco a poco, arriba y abajo por su tranca, acariciando sus fuertes brazos apresados, deseosos de liberarse y tocarme, recorriéndolos con el dorso de mis manos, agarrándome luego a sus caderas, impidiéndole marcar mi ritmo, su respiración junto a mi oído me subleva, se mezcla en mi cabeza con mis propios gemidos.

Le hago una señal a Heidy para que se acerque y nos besamos los tres a la vez, muy pegados nuestros cuerpos, me encanta verlos unidos en un beso, me cuesta esperar para verlos hacer mucho más. Ahora es ella la que me masturba, con lo que él sale ganando, porque empiezo a moverme con más fuerza. Ella se entretiene succionando mis pezones y cubriendo mi cuerpo de saliva mientras se agacha para usar su lengua entre mis piernas y mis dedos se pierden en su cabello, sujetando su cabeza. Levanta la vista y me lanza una mirada de chica mala mientras me sonríe. Es adorable. Jorge contempla el espectáculo desde detrás de mí y adivino lo que está pasando ahí abajo, lo noto tensarse, ella va guiando su polla para que me folle, acariciando sus huevos mientras me come el coño. Él me habla, su voz me vuelve loca, le oigo repetir las palabras que sabe que me gusta escuchar, deseo sus manos sobre mi piel más que nunca, tanto como él desearía tenerlas libres para hacerlo. Es demasiado bueno, no puedo aguantar y la excitación me trae un orgasmo intenso.

Heidy y yo seguimos acariciándolo sin soltarlo de la pared hasta que está listo. Arrodilladas ante él, le comemos la polla juntas, alternándonos las chupadas, dándonos besos con su glande en nuestras bocas, jugueteando con nuestras lenguas y con él, hasta que descarga sobre nosotras un gran chorro de leche, que usamos para acariciarnos las tetas la una a la otra, extendiéndolo por nuestra piel, besándonos y lamiendo nuestras caras para no dejar ni una gota, ante su atónita mirada.

Una vez desatado Jorge, nos vamos a una habitación reservada exclusivamente para nosotros tres, una gran cama flanqueada por un enorme espejo a lo largo de toda la pared, un jacuzzi y una pequeña área de higiene, donde yo acabo de quitarme la poca ropa que llevaba.
Estiradas juntas, nos seguimos besando y acariciando, mientras nuestro chico nos toca a cada una con una mano, deteniéndose en los pechos de una, el culo de otra, introduciéndose entre nuestros muslos para, con sus dedos y boca, ponernos bien cachondas, pero, entre susurros y risas, Heidy y yo acordamos usarlo a nuestro modo.

Jorge se estira en la cama y Heidy se clava en su polla que aún sigue tiesa mientras yo me siento sobre su cara, pintando sus labios con mi coño mojado, quedando así una frente a la otra, mirándonos a los ojos, moviéndonos casi a la vez sobre él. Me siento feliz observando su carita enmarcada de rizos rubios y su bello cuerpo mientras cabalga sobre la tranca de Jorge, sus gemidos y los míos sólo acallados por nuestros besos. Nos vemos reflejadas en el espejo, dos amazonas acaloradas y sudorosas de largas melenas, jugando a provocar a la contraria con nuestras caricias traviesas. Pienso para mí que Jorge me lo está haciendo genial, el sexo oral es uno de sus fuertes, no tardaré en volver a correrme, cuando Heidy se inclina hacia atrás, cogida a mis manos, sé que ya lo está haciendo, la sigo azuzando con mis palabras, quiero ver cómo se corre, me levanto y obligo a Jorge a ponerse sobre ella y seguir empujando con fuerza, ella chilla y se retuerce, abrazada a su espalda. Luego se queda tranquila y risueña.

Jorge se ha quedado muy caliente, me hace poner sobre su amiga y me folla desde atrás mientras ella me besa y me tira del pelo, diciéndome las mismas cosas que yo le acabo de decir, pidiéndome que me corra para ella y yo, que ya estaba casi lista, gimiendo sobre su hombro, no tardo en complacerla. Y casi al momento, él hace lo propio, clavándomela muy adentro, la siento palpitar en mi interior, mientras grita agarrado a mis caderas. Me ha gustado mucho verlos disfrutar.

Nos damos un baño juntos en el jacuzzi, nos relajamos, charlamos, reímos y tomamos algo para refrescarnos. Los tres estamos satisfechos pero aún tenemos ganas de probar más cosas, nos queda mucha noche por delante y ganas de seguir. Mañana estaremos muy cansados pero... ¿a quién le importa?.
Para Rag con todo mi cariño... Así es como imaginé nuestro encuentro. Aún tengo ganas... Besos!